martes, 24 de julio de 2012

IV FLYSCH TRAIL ZUMAIA 2012

3ª participación (porque la 1ª no me enteré) en esta carrera, que sigue siendo para mi gusto la más bonita de cuantas he corrido. El primer año fui solo, el año pasado me acompañaron dos personas y este año ya han venido seis conmigo, a todos les encanta. Partiendo del centro de Zumaia, y tras dar una vuelta por el pueblo, se dirige por sendas y por el campo en dirección a Deba, zigzagueando junto al mar. Es una carrera dura, con fuerte desgaste muscular en las piernas, porque aunque la cota máxima que se alcanza son 223 m. desde el principio hasta el final se sube y baja continuamente, sin encontrar apenas momentos con un ritmo continuado, algunas cuestas son bastante fuertes.
Al contrario que otros años, este hemos ido el viernes a la zona, a una casa rural (casa rural Tolare) en un barrio de Aia, situada a unos 7 km. de Zarautz, en plena naturaleza en el parque natural de Pagoeta. Allí nos hemos quedado Juan, Carlos Utrilla y Santi, con los que fui, y Jesús que se incorporó el sábado a media mañana.
El sábado aprovechamos por la mañana para hacer un entrenamiento tranquilo por el carril que discurre junto al mar entre Zarautz y Guetaria, casi 8 km. entre ida y vuelta con buena temperatura y humedad.

ENTRE ZARAUTZ Y GUETARIA

EN LA BONITA VILLA DE GUETARIA
El resto del día lo pasamos en la casa rural, comiendo y cenando allí, y yendo hasta Zumaia a recoger el dorsal, tomando algo por la zona tranquilamente.

VISTA DE ZARAUTZ DESDE EL P.N. PAGOETA

El domingo por la mañana recogimos a Alberto en Zarautz, donde estaba alojado con Jennifer, y nos desplazamos a Zumaia (entre ambas localidades apenas hay 8 km), allí nos encontramos ya con Pepe, recién llegado de Lodosa. Santi decidía no tomar la salida por molestias en las piernas.

ANTES DE TOMAR LA SALIDA
A las 10 comenzaba la carrera, unos 17º con cielo nublado. Este año la salida estaba situada 200 m. antes que otros años, con lo que había más espacio de animación al principio. Tras dar una vuelta por el pueblo se vuelve a pasar junto a la salida, con gran animación de la gente.

A partir de ahí hasta casi el km. 5, en el primer avituallamiento, es todo subida. Comencé la carrera junto a Alberto y Jesús, cámara en mano y en plan cómodo para disfrutar de la carrera con estos cracks. Rápidamente estábamos empapados, como si nos hubiesen echado un par de cubos de agua encima, había mucha humedad y al menos yo no estoy acostumbrado a ella. Los paisajes arriba ya se mostraban espectaculares.



Sobre el km. 2 paramos a saludar a Lolo, de "Tierra Trágame", a quien conocimos como organizador de la carrera de montaña del alto Sil. Estando situado de espaldas al recorrido tras saludarle y volver, tropecé y caí, afortunadamente sin consecuencias. 

JUNTO A LOLO




En varios puntos hay gente que anima sin parar a todos los corredores, en euskera generalmente, esto se da toda la carrera, igualmente cualquiera de los que nos cruzábamos por allí que estaban haciendo rutas nos animaban, son impresionantes para eso los vascos.
Sobre el km. 9 se baja a nivel del mar y vienen un par de fuertes subidas para llegar hasta el km.12, en el mirador de Mendata, donde se da la vuelta y se disfruta de unas vistas espectaculares de la costa.

COMIENZO DE LA SUBIDA A MENDATA



VISTA DESDE MENDATA

EN EL MIRADOR DE MENDATA
Continuamos los tres juntos pasando por la zona del río, donde había algo de barro, había que ir con mucho cuidado porque las piedras resbalaban mucho, afortunadamente no era un tramo muy largo, en esa zona el año pasado había un barrizal terrible donde a más de uno se le quedaron las zapas dentro al sacar el pie.



AVITUALLAMIENTO DE UZKANGA EN EL KM. 15
Poco antes de llegar al km. 15 Jesús comenzó a tener problemas en una rodilla, en un tramo donde cogí ritmo y me adelanté un poco. En el avituallamiento del km. 18 les esperé un poco pero viendo que no llegaban tiré hacia delante suponiendo que ya vendrían despacio por la rodilla de Jesús e incluso que quizás este tendría que abandonar.
En esos momentos se iba despejando el cielo y aparecía el sol, empezaba a hacer calor mezclado con mucha humedad, unido al cansancio que empezaba a asomar con ya más de 2 horas de carrera.
Esos 13 km. ya fui a mi ritmo, continuando subiendo y bajando, y aunque había ido toda la carrera tranquilo ya los últimos kms estaba cansado y con ganas de acabar. Pero para acabar están las dos tachuelas cuando vuelves a entrar en Zumaia en el km. 29, de la primera no me acordaba, la subida ala ermita, por suerte no muy larga, y la segunda la recordaba más corta, pero es una subida larga y dura desde casi nivel del mar a un monte (foto inferior).

VISTA PLAYA DE ZUMAIA
Los últimos 1500 m. son ya cuesta abajo, con la recta de entrada a meta, donde todo el mundo te aplaude y donde también estaban Carlos (ya llegado), Santi y Jesús (quien finalmente tuvo que abandonar), con tantos ánimos apreté el paso los últimos 300 m. y casi me pega un latigazo en la zona de los isquios. En meta en el avituallamiento final estaban Juan y Pepe, este último había llegado 2' antes que yo tras haber pinchado. Mi tiempo final fue 4h00'31" (16" más que el año pasado). 5' más tarde llegaba Alberto.
En meta un poco de agua, acuarius y un par de preñaitos, aunque había más cosas. Los avituallamientos en carrera, un total de 8, tenían agua y bebida isotónica, fruta, frutos secos y barritas de cereales, todo en abundancia. La señalización de la carrera perfecta, con banderitas, cintas y voluntarios que animaban.

FOTO EN META
Tras la carrera Santi, Pepe y yo nos fuimos a dar un baño a la playa y nos duchamos allí, y por supuesto nos tomamos una cerveza.

EN LA PLAYA DE ZUMAIA
Para finalizar nos desplazamos todos a Guetaria, para comer en el buen restaurante "Kaia-Kaipe" donde acabamos de recuperarnos, y donde se nos unió Jennifer.

EN EL RESTAURANTE "KAIA-KAIPE" DE GUETARIA
Desde allí ya nos volvimos a Madrid, otro finde y otra carrera más, de nuevo en estupenda compañía.

FOTO ANTES DEL REGRESO A MADRID
Próximo tute montañero, si todo va bien, el Trail Valgrande-Pajares, en Asturias. Pero antes el doblete del próximo finde, con la carrera popular de El Arenal y el trofeo San Lorenzo.
Gracias a todos por la compañía y espero que lo de Jesús quede en nada.
Todas las fotos del finde:

miércoles, 4 de julio de 2012

IV ULTRATRAIL SOBRARBE 2012


MENUDA SOBA!!!! No puede calificarse de otra manera el hecho de meterse 65 km. de montaña con fuerte calor. A pesar de todo, pude terminar corriendo y en buenas condiciones, convencido de que si hubiese sido un ultra de 80 km. hubiera sido capaz de hacerlo.
Allí nos presentamos el viernes a última hora de la tarde Juan, Alberto y yo, y allí nos esperaba Pepe, en el polideportivo municipal de Aínsa donde se recogía el dorsal. Tras hacerlo y alojarnos en el hostal “Pirineos Aínsa” nos dimos una vuelta por la parte antigua del pueblo, preciosa, y cenamos antes de irnos a descansar al hotel, tocaba madrugón.




Y claro, comenzando la carrera a las 6 de la mañana, había que levantarse temprano, 4:30 arriba y al polideportivo, en cuyo interior se habían colocado mesas para el desayuno de los corredores, café, leche, zumo, y diversos bollos para coger fuerzas. 




Después al campo de fútbol donde nos encontramos con Miguel, también de Madrid. La equipación, dos bastones, y el camelbak con dos plátanos y dos barritas.
Objetivo, acabar sin sufrir en exceso, y disfrutar de los paisajes pirenaicos, la ruta de los tres ibones, de 54 km., realizada 21 días antes, nos daba ánimos y esperanzas, y es que la prueba tiene un handicap, y es que en el km. 43 uno puede abandonar o decidir continuar, según se vea, si se abandona también se obtiene la camiseta de finisher, y 43 km. tampoco es un paseo precisamente. Desde allí un autobús los devolvía a Aínsa.






Pasados 5’ de las 6 se daba la salida, temperatura agradable para correr en ese momento, no bajaríamos de los 17 o 18º. Poco más de 300 corredores. A poco de salir ya se comienza a subir, poco a poco, por asfalto al principio y después ya por pista, enseguida cogemos el PR, que no nos abandonará hasta los últimos 5 km. y que sirve de señalización de la carrera, sólo hay bandas rojiblancas en algunos casos, mínimos.
Esos primeros kms vamos a gusto, todos juntos salvo Alberto que se ha descolgado, tampoco nos preocupa, tiene buena capacidad y lleva la cámara en mano. Llegados al Cuello San Beturián viene una pequeña bajada para continuar subiendo de nuevo hasta Los Molinos, en el km 7 y donde está el primer avituallamiento. Habrá un total de 11 avituallamientos, todos ellos con agua y acuarius en abundancia, además de naranjas, plátanos, frutos secos y barritas de cereales. En ese primer avituallamiento nos coge Alberto, que no sabía si íbamos delante o detrás de él.




Tras los Molinos se sube mas para llegar al 2º avituallamiento, en el km. 10,5, del monasterio San Beturián. Hemos llegado bien y nos disponemos a hacer un tramo de 7 km. con perfil descendente y alguna subida antes de llegar a San Juan de Toledo. Estamos delante de la mole de la peña montañesa, como en una pequeña sierra. En estos tramos vamos sin nadie delante, teniendo que prestar buena atención para no perder las señales.
Llegamos a San Juan de Toledo, km. 17,5 y tercer avituallamiento. Va a comenzar la subida más fuerte de la carrera, rellenamos el camelbak y nos avituallamos bien para subir los casi 900 m. que nos llevarán al collado El Santo.



Comenzamos a subir, caminando porque las pendientes son fuertes, y atentos a no perder las señales del PR, delante la mole de la peña, no tenemos claro donde hemos de llegar hasta que arriba divisamos la banderola de la organización, está alta de cojones. Hemos estado avanzando hacia el este y la propia montaña ocultaba el sol, ahora empieza a asomar por encima. Cojo un poco de ventaja sobre mis compañeros, mi ritmo de subida cuando camino suele ser alto y además tengo piernas largas. Aparece una praderita en mitad de subida, un pequeño respiro y unas vistas espectaculares, y allí cerca una fuente donde un voluntario reparte vasos de agua, fresquita y buena, me bebo un buen vaso y cuando continuo la subida me da la impresión que me va a sentar un poco mal, finalmente no es así.









Continuamos la subida, ya un poco más cansados y sin ver como alcanzaremos la banderola con las paredes rocosas verticales que hay por allí, sea como fuere al final llegamos a ella y unos metros después al control del collado El Santo, a 1796 m. cima de la prueba, nos hemos quitado de en medio la peor subida, al menos por perfil.
Alberto se ha vuelto a quedar atrás, seguimos juntos Juan, Pepe, Miguel y yo.





Nos dice el controlador que en 2 kms bajando llegamos al avituallamiento, que 2 kms más largos se hicieron, con bajadas de distintos niveles y muchas piedras (algo bastante común en toda la prueba). Finalmente llegamos a una pequeña pradera, 300 m. más abajo, en el collado Cullivert, donde se situaba un nuevo avituallamiento. Km. 24,5 y 4 horas y media de carrera. Estuvimos algo más de 20’ dando tiempo a que nos alcanzara Alberto, quien ya nos dijo que tenía problemas bajando en una rodilla.





El perfil hasta Ceresa en el km. 43 era descendente, bajar 600 m. en 18,5 km., con un avituallamiento a mitad de camino. Hasta ese avituallamiento se baja por una pista ancha, da gusto porque salen los kms y se puede correr la mayor parte, desafortunadamente los problemas en la rodilla de Alberto hacen que se descuelgue definitivamente y no lo volvamos a ver en carrera.
En el camino Las Planas del km. 33,7 se sitúa el avituallamiento, la cabeza ya sólo piensa en Ceresa, menos de 9 km., pero en medio llega una zona con muchas subidas, algunas fuertecillas, el calor se empieza a notar, a veces viene una brisa refrescante, parte de los trayectos se hacen en el bosque y la sombra ayuda. Corremos siempre que podemos, y Pepe empieza a dar muestras de cansancio, físico (normal) pero también mental. En medio nos encontramos un grupo de cerca de 10 corredores de vuelta por la pista, no han visto la señal que desvía el PR de la pista a una senda y se han perdido, la consigna siempre está clara, si en un rato no ves señal del PR es que te has desviado, retrocede y busca la última.






Los últimos 3 kms antes de Ceresa se hacen muy duros, Pepe se para delante de cualquier charco para mojar la gorra, yo me destaco 200 o 300 m. del resto, toca bajar hasta el pueblo por pedregales sin la más mínima sombra, con mucho calor. Finalmente, tras 7h35’ entro en la meta de los 43 km. del pueblo, unos minutos después llegan Juan y Miguel, y tras ellos Pepe, quien automáticamente abandona y aprovecha el autobús de la organización que sale hacia Aínsa.
En Ceresa bebemos y comemos, nos descalzamos y revisamos los pies, hay demasiadas piedras en el camino (y mas que habrá) hay una fuente con agua fresquita, nos mojamos la cabeza, Miguel se ducha a trozos. Estamos casi 40’ descansando allí, también comentando las jugadas más interesantes con los demás corredores, unos abandonan y otros siguen, pero todos hacen un buen descanso allí, sobre todo por lo que llega después.




Si no recuerdo mal deben ser sobre las 14:15 cuando Miguel, Juan y yo salimos de Ceresa, Alberto nos ha confirmado por tfno sus molestias y que tardará poco en llegar y lo dejará, un titán, que poco tiempo antes ha terminado la Transvulcania a tope. Tenemos 4 km. para subir los 650 m. hasta el collado de Ceresa, de los cuales el primer km. sube un poco por pistas, para después seguir el PR por sendas estrechas y fuerte pendiente. Empiezo con buen ritmo de subida, pero poco a poco me voy quedando sin fuerzas. El último tercio de la subida se me hace eterno, tengo que parar cada pocos metros para recuperar el resuello y beber algo, estoy desfondado y me entran dudas. Pero a pesar de todo logro llegar al alto, donde espera un nuevo avituallamiento, me dejo caer en el suelo junto a una sombrilla y me recupero comiendo y bebiendo como puedo. Juan y Miguel están más frescos, sobre todo Miguel. 




Quedan 17 km. con perfil de bajada hasta el final, casi 1000 m. de desnivel, con alguna sorpresa. En medio 3 avituallamientos, ya mucho calor (superando sobradamente los 30º) y muchas zonas sin sombra, también muchos pedregales que van haciendo mella en los pies. Ya no sólo los kms corren en contra, también el tiempo. Miguel se escapa en la bajada y ya no lo veremos hasta meta, Juan y yo bajamos trotando a ritmo normal, en algún pequeño repecho caminamos para no agotarnos. A los 7 km. llegamos a Oncíns, nuevo avituallamiento, bebemos mucho por el calor y nos refrescamos la cabeza. Son tramos donde ambos vamos pasando a la gente. A apenas otros 3 km. bajando llegamos a Torrelisa, nuevo avituallamiento y ducha completa con la manguera, que gusto, aunque parece que se evapora pronto.
Quedan unos 8 km. y un avituallamiento en El Pueyo de Araguás, a 5 km., el pueblo se ve pronto, y lo que se ve no gusta, está encaramado en un alto y según te acercas desciendes para tenar que pegarte un subidón final que te deja exhausto. Último avituallamiento, nueva ducha de manguera y sólo 3 kms a meta.
En la cabeza suenan ya himnos de gloria, está hecho. Ahora seguimos el GR y hay más señalización con cintas, tras una corta pero fuerte rampa se ve ya Aínsa (claro, está en un alto), son kms duros porque el cuerpo ya sabe que se acaba y dice que no le apetece correr más, pasamos un pedregal largo y entramos en la carretera que conduce al pueblo, se nos hace larga hasta divisar a unos voluntarios, estamos a 300 m., nos pregunta los nombres y así entramos en el campo de fútbol, una pequeña vuelta de 200 m. donde el speaker nos nombra y dice nuestra procedencia y nos felicita como FINISHERS entre aplausos de los presentes. En meta nos espera Miguel, grande también. Hemos tardado con descansos incluidos 12h13’.




Estoy cansado, muy cansado, pero creo que no agotado, y me tomo 3 cervezas que da la organización. No sé cuanto líquido he podido beber en carrera, entre avituallamientos y la que iba bebiendo del camelbak pueden ser más de 15 litros, además he comido más plátano que los que he comido el resto de mi vida. Pasados 10’ de reposo Juan se siente mal y tiene que ser atendido, un corte de digestión o una bajada de azúcar, se tumba y tiene mala cara, pero poco a poco recupera el tono. De ahí al hotel a ducharnos y descansar un poco. Alberto está en su habitación y Pepe ha vuelto a Lodosa (vaya ganas).



A las 9 de la noche en el polideportivo tenemos la cena de la organización, pasta, salchichas con tomate, yogurt, agua y vino, hay bastante y repito primero y segundo, charlamos con otros corredores, junto a nosotros Fernando, habituado a carreras de montaña al que recuerdo de la Higa. A Miguel le acompaña su novia. Tras la cena un sorteo donde no nos toca nada (menos mal, entre otras cosas sorteaban inscripciones a otros ultras). Me costó seguir el sorteo, se me caía la cara de sueño y cansancio, y volvimos al hotel, agotado totalmente.




Ya al día siguiente, un pequeño paseo por Aínsa, para mover un poco las piernas, y después vuelta a Madrid comiendo en el camino.
Hace no mucho, una carrera de montaña, por corta que fuese me dejaba con las piernas hechas polvo y muchas agujetas. Este mes de junio he logrado completar dos carreras en Pirineos, de 54 y 65 km., y el cross del telégrafo de 17 km., y las tres me han dejado bien y sin problemas (aunque habrá que observar estos días a ver que tal).



Muchas gracias a mis compañeros, estas cosas se hacen mejor acompañado, y sobre todo a Juan, que me aguantó toda la carrera. Un monstruo. Las fotos son de Miguel, Alberto y mías.
Todas las fotos en mi album PICASA:
https://picasaweb.google.com/103533066238886673031/ULTRATRAILSOBRARBE2012#
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